Mariel
tenía una gran colección de mariposas que había ido capturando en el bosque
cercano a su casa.
Un día,
paseando por el bosque vio a una hermosísima mariposa posada sobre un nenúfar
en medio del estanque.
Subió
lentamente por el tronco de un árbol y, cuando estaba a punto de capturarla la
imagen de la niña se reflejo en el agua y el precioso insecto echó a volar.
Mientras
miraba con la esperanza de encontrar otra mariposa para su colección, Mariel
vio sobre el tronco de un árbol medio caído una preciosa mariposa con unos
colores y formas que nunca había visto antes, la bonita mariposa se recreaba
con su imagen en el agua.
Pero cuando
iba a cazarla, una libélula se lo impidió sujetando la red.
Después
de quitar a la libélula del cazamariposas, volvió Mariel a empuñarlo y, cuando
ya estaba a punto de dejarlo caer sobre la preciosa mariposa, un abejorro se le
echó encima y… ¡la reina de las mariposas levantó el vuelo!
Todos
los animales del bosque estaban en pie de guerra para proteger a la Reina de
las Mariposas, y un ejército de abejas, avispas y abejorros fue tras Mariel.
Corriendo despavorida, la niña entró en su casa dio libertad a las mariposas
que retenía.
Desde
aquel día, la niña no volvió a cazar ni una sola mariposa.
Todos
los días iba al bosque y las observaba y les hacía fotografías volando en total
libertad, y con el tiempo todos los animales del bosque se le acercaban y la
respetaban.
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