En un pintoresco pueblecito habitaba un
gigante de nombre Shant´e a pesar de ser grande era muy bondadoso y los
habitantes del pueblo lo querían mucho.
Cada año en su cumpleaños los aldeanos
organizaban fiesta, y le daban infinidad de regalos. Pero en su cumpleaños
numero 5698 hubo un regalo en especial que le fascinó.
Un ángel le regalo 10 caballos blancos
eran tan hermosos su crin dorada y su piel tan tersa como la seda.
Shant´e los contemplaba todos los días
hasta el anochecer y así pasaron tantas lunas, hasta que un día se pregunto él
por que no había corceles negros. El sé hacia esa pregunta antes de conciliar
el sueño.
Hasta que una noche una vocecilla le
contestó. El amor hace, milagros.
Pero en fin, una mañana tan linda notó
que uno de sus caballos ya no estaba, sus huellas se introducían al interior
del bosque, su corcel se había perdido.
El gigante lo busco y busco pero no lo halló. Pasaron varios días y el gigante entristeció mucho.
El gigante lo busco y busco pero no lo halló. Pasaron varios días y el gigante entristeció mucho.
Así que los aldeanos se compadecieron de
su dolor y lo ayudaron a buscar su corcel, pero no lo hallaron.
Una mañana, un pequeño pastor se interno
al bosque en busca de una de sus ovejas, en su búsqueda encontró una bestia
extraña en forma de corcel, atascada en un pantano. A lo cual llevo la noticia
a la aldea.
El gigante al oír la buena nueva se
levanto de su enorme cama, y corrió en auxilio de su amado caballo.
Al llegar al lugar, lo saco con su
enorme mano, y al limpiar su hermosa piel blanca se llevo una enorme sorpresa,
ya que debajo de esa densa sabana de lodo. Había una nueva piel, ahora era
totalmente negra.
Un color negro tan brillante como el
ébano.
A lo cual el gigante lloro de emoción y
alegría, y comprendió las palabras de aquella vocecita.
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