El ratón de campo
procuraba agasajar lo mejor posible a su primo de la ciudad. Había reunido un
cúmulo de sus golosinas más refinadas -nueces, guisantes, cebada y restos de
queso- Y preparado una blanda cama de lana de oveja en el sitio más seguro de
su agujero.
Y ambos, en realidad,
pasaban momentos muy agradables, retozando en los campos y jugando al escondite
en el bosque. Pero, mientras tanto, el ratón de campo se moría de curiosidad
por conocer la vida de la ciudad.
-¿Por qué no vienes
conmigo y la ves tú mismo? -dijo, por fin, su amigo.
La invitación fue
aceptada en el acto.
Ambos partieron y, a
su debido tiempo, llegaron a la espléndida mansión en que vivía el ratón de la
ciudad.
-Hemos llegado en el
momento oportuno -dijo-. Huelo que se está preparando un banquete. Esta noche
tendremos una gran fiesta.
Su hociquillo se
contraía de excitación.
Y por cierto que fue
un gran festín. Ambos ratones se ocultaron debajo de un armario de la cocina y
pudieron salir corriendo a atrapar innumerables bocados delicados, como nunca
jamás los había gustado el ratón de campo.
¡Cómo los engulló
éste! Se había puesto casi tan redondo como una bola, cuando el banquete estuvo
preparado para servirse.
Por fin, llegaron los
invitados, y se abrieron de par en par las puertas del salón de banquetes. Los
ratones se dieron prisa en acudir, para recoger las sabrosas migajas que caían
de la mesa. Pero cuando cruzaban el pasillo, acudieron velozmente dos ágiles
perros Y se lanzaron sobre ellos.
-¡Sígueme! ¡Pronto!
-dijo el ratón de la ciudad, y ambos se metieron debajo de un arcón donde había
un agujero.
Llegaron a tiempo. El
tibio aliento del primero de los perros envolvía ya al ratón de campo, cuando
éste llegó a la boca del agujero, y lo hizo tiritar de espanto.
-La casa es
maravillosa, primo, y me has dado una comida espléndida. Pero, si no tienes
inconveniente, volveré a mi casa en el campo. La vida de la ciudad resulta
demasiado agitada -dijo el ratón de campo.
Y se marchó, con toda,
la velocidad que le permitían sus patitas grises.
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