A un pobre Trapo que en el suelo estaba
el Papel desdeñaba,
diciéndole: —¡ Anda, sucio ! No te acerques,
que yo estoy limpio, rozagante y terso,
y no quiero por todo el Universo
tu contacto sufrir, ni que me empuerques.
el Papel desdeñaba,
diciéndole: —¡ Anda, sucio ! No te acerques,
que yo estoy limpio, rozagante y terso,
y no quiero por todo el Universo
tu contacto sufrir, ni que me empuerques.
—Miren el necio —contestó el Guiñapo—
y cuál mi acceso en evitar se empeña!
Mas ya que así me ultraja y me desdeña,
dígame usted, seo Guapo:
¿Cómo tan pronto en su altivez olvida
que fue un Harapo quien le dio la vida,
y que antes que Papel ha sido Trapo ?
y cuál mi acceso en evitar se empeña!
Mas ya que así me ultraja y me desdeña,
dígame usted, seo Guapo:
¿Cómo tan pronto en su altivez olvida
que fue un Harapo quien le dio la vida,
y que antes que Papel ha sido Trapo ?
Quien de la plebe descender entienda
no la desdeñe, aunque sobre ella ascienda,
no sea que por mucho que se eleve,
pueda alguno decir: —¿Veis el desprecio
con que nos mira el tal? Pues ese necio,
antes de ser lo que es, ha sido plebe.
no la desdeñe, aunque sobre ella ascienda,
no sea que por mucho que se eleve,
pueda alguno decir: —¿Veis el desprecio
con que nos mira el tal? Pues ese necio,
antes de ser lo que es, ha sido plebe.
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