martes, 25 de febrero de 2014

EL REGALO DEL FUEGO



-Les hablo a ustedes, yo, Atum jefe del klan Akyé. La historia que les voy a contar, cuéntesenla a sus hijos-

"Nuestros padres habían dejado la gran cueva de los orígenes y no hallaban como ser felices: tenían hambre, teniían frío, tenían miedo. Un día mi antepasado dijo: -Voy a buscar al Gran Espíritu para pedirle ayuda- y salió.

El Gran Espíritu lo recibió bondadosamente y le preguntó: ¿Que quieres de mí, hombre pequeño?-

-Señor, Tú eres fuerte, Tú eres buenos, Tú eres feliz; en cambio nosotros tenemos hambre, tenemos frío, tenemos miedo-

El Gran Espíritu respondió: -Te entregaré el gran regalo rojo, el gran regalo vivo; así ya no tendrás hambre, ni miedo, ni frío; al tener el gran regalo rojo, las tierras ya no se acercaran para arrebatarles los hijos, la carne se volverá más sabrosa y la noche se convertirá en día. Y para que recuerden este regalo mío, en las tormentas, verán el rayo rasgar al cielo.

Fue cuando entonces cuando el Gran Espíritu regaló a los pequeñitos hombre del klan Akylé el gran regalo rojo, el gran regalo vivo.

Les explicó cómo podían hacerlo brotar de la piedra y de la madera.

Les enseñó cómo alimentarlo. Les mostró cómo podían unirlo a la carne para darle a esta mejor sabor. Les explicó cómo de noche, el gran regalo rojo aleja a las fieras.

*   *   *
Desde aquel día, el gran regalo rojo, el gran regalo vivo está entre nosotros. Y nosotros, cada día debemos de repetir:

-Espíritu fuerte, Espíritu bueno y feliz, teniendo nosotros este gran regalo tuyo, ya no tenemos hambre, ni frío, ni miedo, por esto te decimos GRACIAS-

-Aquí, yo Atum, jefe del klan Akyé, se los he contado-

domingo, 23 de febrero de 2014

EL CRISTO DEL TRIGAL



Eulogio era un campesino muy pobre. Tenía a su esposa y a su hija y para mantenerlas cultivaba una pequeña parcela con trigo.

Aquel año, los saltamontes devoraban las cosechas y Eulogio vio con terror como la plaga amenazaba también su parcela.

Entonces fue a su parroquia y ante el Cristo del Trigal, de rodillas ante esta imagen, suplicó muchas veces, que los saltamontes no entraran en su parcela.

El Señor no atendió a las súplicas de Eulogio y la cosecha se perdió y llego el hambre. El campesino le rogaba al Señor:

-Mi Señor, tu nos has dado salud y trabajo, protege mi cosecha- Pero la parcela murió bajo los embates de la plaga.

*   *   *
Al poco tiempo cayó enferma la esposa de Eulogio y se puso muy grave.

El campesino corrió de nuevo al templo y ante el Cristo del trigal decía sollozando: -Salva su vida Señor, devuélvele la salud a mi esposa... que mi hija no se quede sin madre- 

Tampoco esta vez el Cristo del trigal escuchó las súplicas del campesino y a los pocos días la esposa de Eulogio murió, dejando solo al esposo y huérfana a la niña.

*   *   *
A las pocas semanas la niña manifestó la misma enfermedad que la madre. Eulogio más angustiado que nunca corrió de nuevo a la parroquia y a los pies del Cristo del Cristo del trigal decía: -Señor ¡Salva a mi hija! soy anciano y ya estoy solo. Señor, que voy a hacer sin mi hija-

Eulogio volvió a su casa y acercándose a la cama, vio que la niña estaba inmovil. Le tocó la frente y estaba fría. Le tocó suavemente su pecho y el corazón ya no latía.

El campesino hizo con las tablas de su cama un ataúd y el mismo enterró a su hija junto a la madre.

Volviendo a su choza iba pensando: "He perdido mi cosecha, perdí a mi esposa y mi niña murió y veo que el Señor no quiere que yo le pida nada... y nada le pediré"

*   *   *
Todos los días después de sus labores, Eulogio iba al santuario y se hincaba a los pies del Cristo del trigal, Bajaba la cabeza y con lágrimas en los ojos le decía al Cristo. -Igual como dijiste Tú: "Que no se haga lo que quiera yo, sino lo que quieras Tú"- Y sin pedir nada solo repetía:

-Señor... aquí está Eulogio-

viernes, 21 de febrero de 2014

UNA CADENA DE AMOR



Un anciano trabajaba en un carretera, a los lados de ella plantaba pequeños árboles, álamos y cedros. Entonces llegó una persona y le preguntó:

-Estando tan viejo ¿Todavía trabajas?-

A lo que el anciano le respondió: -Trabajé de joven y sigo trabajando de viejo; el Señor hace conmigo lo que le agrada- entonces la misma persona le volvió a preguntar:

-Veo que estas plantando muchos árboles. ¿Acaso te ilusiona llegar a descansar bajo sus sombras o comer de sus frutos?- El viejo sonriendo le contestó:

-Si el Señor me cree digno, comeré de sus frutos y descansaré bajo sus sombras. De todos modos, así como mis padres han trabajado por mi, así yo trabajo por mis hijos. Que hermoso será para mí, morir viendo a mis nietos más pequeños recoger entre las ramas sus frutos y viendo a mis nietos mayores disfrutar de las sombras de estos árboles, en esta tierra que Dios nos ha dado como herencia-

jueves, 20 de febrero de 2014

CRISTO ES LA SOLUCIÓN



Una joven quería hacerse monja y buscó un convento que tuviera un reglamento muy severo.

La madre superiora, para ver si la joven estaba realmente decidida, le describió con tintas fuertes la vida que debería llevar allí dentro y por eso le dijo:

-Hija mía, aquí tendrás para ti solamente un cuartito sin adornos, y no la lujosa recámara que tienes en tu casa- entonces la joven le preguntó:

-¿Y en ese cuartito habrá un Cristo?-

-Eso sí, tendrás un Cristo. Deberás, además conformarte con una comida escasa y desabrida, en nuestro comedor sufrirás mucho-

-Madre, ¿Y en el comedor hay un Cristo?-

-Si también en el comedor hay un Cristo-

-Entonces admítame Madre,, por favor quiero estar en este convento-

-Fíjate bien; aquí cada religiosa debe acusarse de sus faltas frente a las demás religiosas en la sala de reuniones-

-Oiga Madre. ¿Y en esa sala hay un Cristo?-

-Claro que hay un Cristo. Ya te lo dije, a Cristo te lo encuentras aquí dondequiera-

-Entonces Madre- concluyó la joven -Admítame usted en su convento; todo problema tendrá solución ya que yo quiero a Cristo y tengo la intención de no cometer faltas dentro de esta casa, yo se que Cristo me quiere aquí- 

miércoles, 19 de febrero de 2014

HAY QUE MIRAR AL CIELO



Una mujer Samaritana llegó  al pozo con su cántaro de agua, lo iba a llenar cuando se le acercó un judío a pedirle agua.

Estaba a punto de introducir su cántaro en el pozo, cuando se volteo hacia el desconocido y le dijo:

-¿Cómo Tú, un judío le pide agua a una samaritana como yo?-

Entonces el desconocido le dijo: -Mira el agua, y veras que en la superficie hay un fruto hermosísimo-

Lo que vio la samaritana fue el reflejo del cielo en el agua, lo quiso tocar pero en el instante que su mano tocó el agua, la imagen del cielo desapareció.

Entonces la mujer decepcionada, le dijo al judío: -Dime Señor, como le puedo hacer para alcanzar el cielo?-

El Judío le dijo: -Créeme, mujer. Llega la hora en que ustedes adorarán al Padre y gozarán del cielo. Ustedes los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que yo vengo a traerles el cielo, pues para eso me envió mi Padre, por eso, el Mesías soy Yo, el que habla contigo-

LAS HUELLAS DE DIOS



Hace algunos años un científico ateo cruzaba el desierto, guiado por ulgunos árabes musulmanes.

Se fijo que sus guías, a la puesta del sol tendían sobre la arena sus tapetes y hacían oración.

Entonces les preguntó: -¿Qué hacen ustedes?-

Ellos le contestaron: -Hacemos oración-

-¿Y a quien le dirigen su oración- les volvió a preguntar el cientifico ateo?-

ellos le contestaron: -A Dios-

El científico ateo sonrió maliciosamente y le preguntó a su vez: -¿Han visto alguna vez a su Dios?- y ellos le contestaron que no.

-¿Lo han tocado con sus manos?- -No-

-¿Lo han escuchado con sus oídos?- -No-

-Entonces no sean ustedes locos, si nunca lo han visto, nunca lo han tocado, nunca lo escucharon, no deben de creer en Dios- Los árabes no dijeron nada.

*   *   *
A la mañana  siguiente muy temprano, el científico al saslir de su carpa, comentó a los guías árabes: -Por aquí pasó un camello- algo extraño brilló en los ojos de los guías.

-Señor ¿Ha visto usted al camello que pasó?- -No-

-¿Tocó con sus maños al camello?- -No-

-Escuchó usted pasar pasar al camello?- -No-

-Entonces no sea usted loco; ¿Cómo puede creer que pasó un camello por aquí, si no lo vio pasar, si no lo tocó con sus manos y no lo eswcucho pasar?-

-Es que aquí en la arena están sus huellas-

En aquel momento el sol se asomaba por el horizonte con todo su esplendor y uno de los guías concluyo:

-Señor, allí tiene usted las huellas de Dios; por lo tanto, no cabe duda que Dios existe y actúa, y lo quiere a usted, aunque usted no lo quiera a El- 

viernes, 7 de febrero de 2014

¿SABÍAS QUE FUERON CUATRO LOS REYES MAGOS Y NO TRES?



Los cuatro Magos escudriñaron el cielo. Esperaban ver una estrella y finalmente la vieron.

Había nacido el Mesías. Entonces hicieron los preparativos para el largo viaje.

Entonces sus gentes les decían: -Son puras imaginaciones, ustedes no encontrarán nada-

Otros les aconsejaban: -Sean ustedes sabios, antes de emprender un viaje tan largo, tomen todos los iformes-

Otros más opinaban: -¿Para que ir en persona? mejor envíen un mensaje o una carta de bienvenida para ese niño-

*   *   *
Pero los cuatro Magos emprendieron el viaje. Fue largo, difícil y riesgoso. Cruzando el gran desierto, cada noche se reanimaban mirando y siguiendo la estrella.

Pero al final, sólo tres Magos llegaron a Belen. Arrodillados a los pies de Jesús, le ofrecieron: Incienso, oro y mirra. Oro porque Jesús era rey. Incienso porque era Dios y Mirra porque Jesús iba a amrnos hasta morir por nosotros en la cruz.

A cambio de de los dones que recibieron y el largo viaje que hicieron los tres reyes magos se sintieron inundados de felicidad. Esto por lo que respecta a los tres reyes magos que llegaron hasta Belén.

Y el cuarto Mago ¿Que le sucedió?

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Cuentan que en el gran desierto, este cuarto Mago se extravió por alejarse de los otros tres compañeros.

Largo tiempo dio vueltas y vueltas entre las dunas hasta que perdió las esperanzas de llegar a ver al Mesías.

Una tarde se encontró con un pequeño niño beduíno perdido y que andaba desamparado en el desierto y le dio todo lo que traía incluyendo lo que estaba destinado como regalos para el niño Jesús.

Al cabo de treinta años, el cuarto Mago llegó por fin a Jerusalén.

Reconoció al Mesías en la persona de Jesús que arrastraba la cruz hacia el calvario. Se arrojo a sus pies y llorando le suplicó: -Señor, perdóname, he llegado tarde y con las manos vacías para adorarte...-

Jesús, azotado, coronado de espinas, escupido y agotado por el peso de la cruz, le contestó:

-Te perdono el haberte extraviado, pero no me digas que llegas tarde, pues tu fuiste el primero de los cuatro Magos que me encontró y me entregó sus dones. Cuando Yo, era un niño beduino, andaba solo y desamparado en el desierto, tu me socorriste-

jueves, 6 de febrero de 2014

ÉSTE SI QUE ES UN VERDADERO AMIGO



Francisco, un señor muy pobre y endeudado, fue citado al tribunal.

Se trataba de un juicio sumemente importante, ya que por él quedaría libre o preso porl resto de su vida.

Buscó a sus mejores amigos para que lo ayudaran.

Casi todos ellos se hicieron para atrás, inventando distintos pretextos:

Uno dijo: -No puedo-

Otro dijo: -No tengo experiencia-

Otro: -No tengo centavos-

Otro: -No me conviene-

Otro: -No quiero reisgos-

Otro: -Tu contrincante es muy peligroso-

Solamente dos amigos aceptaron ayudarlo. El primero le dijo: -Te daré un buen traje, para que el jueztenga para ti consideración-

El segundo le dijo: -Yo te acompañaré hasta la entrada del tribunal para darte valor-

*   *   *
Entonces el pobre Francisco se vio obligado a pedirle a un Señor, que no era ni amigo, sino uno de tantos conocidos suyos. Éste le contestó: -Te acompañaré hasta la sala del tribunal; me quedaré contigo todo el tiempo que necesites; te defenderé; se muy bien ganar las causas como la tuya- Y así fue y Francisco fue absuelto.

*   *   *
Cuando debas de presentarte al tribunal de Dios, para el proceso mas trascedental de tu vida, poco te ayudarán tus mejores amigos.

La mayoría de ellos se lavaran las manos como Pilatos.

Los poquisimos fieles se limitarán a amortajarte o bien a acompañarte hasta la entrada del tribunal que es el panteón.

Solamente uno maceptará acompañarte hasta dentro del tribunal; aceptará defenderte y salvarte. Y ese es Jesús. Ojalá no lo trates como a uno de tus conocidos.

martes, 4 de febrero de 2014

¿COMO PODER VER A DIOS?



San Vicente dirijía espirituálmente a un joven de gran inteligencia y fe.

Con el pasar de los años y el despertar de los instintos, el joven se fue alejando de Dios y se entregó al libertinaje.

Todo consejo y represión resultaban inútiles.

Un día San Vicente le dijo al joven: -En vista de la gran amistad que hemos tenido, quiero pedirte un favor-

-Dígame, padre, con toda confianza-

-Llévate esta estampa, y cada noche, antes de acostarte, mírala durante unos minutos-

El joven aceptó gustosamente complacer a San Vicente, en un asunto tan raro y simple.

Aquella primera noche miró pensativo la estampa, la cual representaba el rostro dew Cristo crucificado.

La noche siguiente, al mirar la estampa, sintió pena y pesar...

A la semana el joven estaba tan emocionado, que buscó a San Vicente para agradecerle el regalo y le suplicó que volviera a ayudarlo, como antes, en su busqueda de Dios y de la felicidad.