Entre las breñas de un
cerro, un día de gran nevada, un lobo a su camarada hablábale así de un perro:
Es un maldito vecino, tan camorrista y cruel, que para estar
libre de él, ya se necesita tino.
Ladrador para la gente, entrometido, goloso, suspicaz y
cauteloso, en fin, un perro indecente.
Pasaba en esta ocasión cerca de allí una raposa, parose un tanto curiosa, y al oír la acusación dijo para su
coleto: Anda que te crea un bobo: perro a quien acusa un lobo, debe ser perro
completo.
En caso
próspero o adverso no echarás
nunca en olvido que es
elogio el más cumplido la
censura del perverso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario