miércoles, 23 de marzo de 2016

QUE DURA SUERTE



Una vez el Conde de Cero hizo una visita al Barón de Pereza que se lamentó de su dura suerte. Su amigo, el Conde, se admiró mucho y le dijo: —Por Dios, ¿cómo puede usted lamentarse? usted está bueno. Usted no tiene que trabajar y abunda en dinero tanto como puede Vd. desear.

—Sí, es verdad, —respondió el Barón, pero no obstante tengo dura suerte. Tengo que vestirme todas las mañanas, y que desvestirme todas las noches. Tengo que masticar todo lo que como y que tragar laboriosamente toda gota de agua y de vino que bebo.

Su amigo respondió: —Pero usted no sale de la casa. Por consiguiente Vd. no se pone o quita más que la bata. Su cocinero no prepara sino manjares blandos. Ciertamente el tragar no es trabajo tan terrible.

A esto respondió el Barón con voz lagrimosa: —¡El eterno respirar! ¿No es esto nada? Ni siquiera puedo descontinuar esto cuando duermo.

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