miércoles, 4 de junio de 2008

EL RELOJ


Ayer abrí una caja que tengo guardada desde hace mucho tiempo. En esa caja guardo un regalo que me hizo una novia hace muchos años. Esta caja contiene un viejo reloj de escritorio en forma de corazón el cual ya esta oxidado por el tiempo, aparte que sus pilas dejaron de funcionar, son tan viejas que ya no las fabrican.

Esa caja para lo único que sirve desde hace muchos años, es para recordarme todas aquellas cosas que nos unieron durante dos años a esa chica y a mi. Gratos recuerdos, pasadas ilusiones y dulces sueños. Esa caja que yo no abría desde hace muchos años, contiene muchas cosas.

Veo la caja abierta, ojeo, revuelvo, leo, me asombro, sonrío, me enternezco, rescato, me sonrojo, no me reconozco, me avergüenzo, retrocedo, avanzo, me reafirmo y finalmente dudo.

“Parece que con ella fui feliz. Quizás si fui feliz... pero se me ha olvidado”

De repente, mi memoria la rescata con una frase de Gabriel García Márquez: “La vida no es como la vivimos, sino como la recordamos para contarla”

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