PREPARANDO LA REUNIÓN
A un costado de la puerta de la casona que se encuentra a una cuadra de la plazuela, frente a la Misión de Santa Rosa de Lima, sobre la calle de Dionisia Villarino, se leía una placa en bronce muy pulida, totalmente nueva que dice: “SINDICATO NACIONAL DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DEL VALLE DE SANTA ROSA, A. C.”
Una tarde de verano llegaron dos amigos apurados para abrir y acomodar bien el salón principal de esa casona, porque ese día llegaba a la población el Licenciado Martínez López, que venía de la capital del país para firmar el protocolo, que daba legalidad a este nuevo sindicato, este Licenciado traía la representación del “Presidente Nacional de la industria de los confiteros y dulceros de todo el país”.
Uno de ellos, al que apodaban la carretilla por su enorme abdomen que traía al frente de su cuerpo, mirándole las pecas de la cara a su amigo el guayabo le dijo: -Buenas tardes Guayabo, no falta mucho para que empiece nuestra reunión-
El guayabo le contestó: -Buenas tardes Carretilla, no, estimo que unas dos horas, pero tenemos que esperar a que llegue el cuchibiriachi-
“CUCHIBIRIACHI” era el apodo que le acababan de poner al Lic. Martínez López que venía desde La Paz, adonde llegó por vía aérea desde la gran capital para darle legalidad al nuevo sindicato.
En eso llegaron: el bitachi sin alas, el Buchaca, y el Futa acompañados por doña chuma ellos saludaron a la carretilla y al guayabo, doña chuma les comentó, -Pasé por la casa de la Cochi con Tacones y me dijo que ya venían, que todavía no llegaba su marido, que había ido a La Paz a recoger al Licenciado Martínez López, pero ella ya estaba lista, la vi estrenando unas zapatillas que le mandaron de La Paz, no se como la soportan esos tacones tan delgaditos y ella tan gorda- El marido de la cochi con tacones era el flamante presidente del nuevo sindicato, a él lo conocían como el guarapo ya que era dueño del cañaveral y él les surtía de jugo de caña a todos los dulceros del valle, por eso lo pusieron de presidente, porque sin Guarapo no podía haber melcochas ni los demás dulces que se producían en esta bella ciudad de Todos Santos.
Siguieron llegando los miembros del nuevo “SINDICATO NACIONAL DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DE LA REPUBLICA MEXICANA A. C.” y se fueron acomodando dentro del local, mientras en la entrada, la Panocha esposa de el Ferry iba acomodando los dulces, ates, y tamales en una mesa para que El Cuchibiriachi los pudiera probar y constatar que en ninguna otra Ciudad de México se producían tan ricos dulces regionales.
La base de todo dulce regional es el guarapo, o sea el jugo de caña que se exprime en unos pequeños molinos de mano, y que al ponerse al fuego se va convirtiendo en miel, en melcocha, en alfeñique, en panocha y cuando se mezcla con la pulpa de las frutas que crecen en el valle, y en ciertas cantidades, como lo dicen estos secretos de familia, hacen que este guarapo se convierta en estos exquisitos dulces regionales que tantas generaciones han disfrutado.
La Panocha ayudada por doña chuma fue colocando en la mesa con mucho cuidado los dulces: Una jarra con guarapo, enseguida unos alfeñiques junto a unas melcochas. Después en una charola puso unas arepas y unos chimangos. Acomodó unos cuadros de panocha sencilla y panocha de gajo. En unos platitos puso distintos tipos de ate: de mango (mangate), de guayaba (guayabate), de pitahaya (pitahayate), de papaya (papayate), luego unas empanadas de cajeta, de piña, de queso, de panocha (coyotas) que ahora se llaman coyotes. Enseguida colocó estos ates que traía dentro de hojas de maíz y que semejaban tamalitos junto a unas cocadas y a unos jamoncillos. Finalmente unos frascos con dulces de biznaga, de limón, de mango y de papaya llenos de miel en conserva.
Siguieron Llegando los miembros del Sindicato, todos elaboraban estos dulces regionales en sus casas. Ya estaban sentados: el dompe y el cachora junto con su hija la besucona quien no le quitaba los ojos al guagoya que se acababa de sentar junto al güero prieto. Llego El garbanzo acompañado de su esposa la talega cargando una gran cafetera llena de humeante café de calcetín, ellos eran dueños de un expendio de café a donde iban todos los habitantes de la población para surtirse del café que les llegaba de La Paz, para ponerse a hervir el agua y deleitarse con un cafecito mientras elaboraban sus dulces caseros.
Llegó la Cochi con tacones muy preocupada porque el guarapo no llegaba, venía acompañada por su comadre la machaca, quien le decía: -Ya comadre deje de preocuparse, ya no a de tardar mucho en llegar mi compadre con ese Cuchibiriachi, a lo mejor se detuvieron a refrescarse en el Perico Marinero de La Paz, o a comerse unos taquitos de pescado en el malecón-
-Eso es lo que me preocupa comadre, ya sabe lo destorotado que es mi viejo para manejar, cuando viene tomado, recuerde que ya lleva dos volcaduras en las curvas que están después del arroyo de la muela, la segunda vez me lo trajeron en la troca del gato pochi envuelto en una manta, parecía tamalito de ate de camote con piña- Dijo la cochi con tacones Todos soltaron la risa nada más de recordar al guarapo en el Centro de Salud, sobre todo el futa quien se acordaba que cameló a ese tamalito de ate de camote con piña, dejándose apapachar por la estufita la enfermera del Centro de Salud, a quien todos los dulceros querían tener en sus casas, para ser atendidos por ella, en lugar de sus esposas, cuando amanecían enfermos.
Siguieron llegando dulceros, el quelele y su esposa la mosca prieta, los dos hermanos a los que les decían los cuachas: el mayor el cuacha de vaca y el menor el cuacha de chiva, también llegó doña verijona y sus dos hijas las chiripientas, y los últimos en llegar del flamante grupo sindical fueron: serote de morcilla, la tetablanca junto con su esposo el menudo lavado y como siempre al final las tres hermanas gordas a las que apodaban las canachas.
Mientras esperaban que llegara el guarapo con el flamante Licenciado, se fueron formando grupitos unos cuantos por aquí, dos tres por allá, y mientras unos contaban charras alrededor del Guayabo y soltaban las carcajadas, otros cuchichiaban alrededor del cachora eso si, todos con una taza de café colado que les ofrecían la talega y el garbanzo.
En eso escucharon que se estacionaba la troca del gato pochi donde venían desde La Paz el guarapo quien escoltaba ceremonioso al Licenciado Martínez López todos ocuparon sus asientos mientras en la puerta eran recibidos por el guayabo a quien el presidente del nuevo sindicato había nombrado como el nuevo secretario y por la cochi con tacones esposa del proveedor de jugo de caña para todos los dulceros.
Antes de que el Licenciado entrara al salón donde ya estaban todos sentados, la panocha y doña chuma le comenzaron a dar probaditas de los dulces que estaban sobre la mesa, mientras el garbanzo y la talega le llenaban un gran pocillo de café de talega para el Licenciado.
COMIENZA LA REUNIÓN
Hizo su entrada el Licenciado Martínez López acompañado por el guarapo y el guayabo quienes se dirigieron hacia el estrado que estaba al fondo del salón y antes de sentarse, el presidente del “SINDICATO NACIONAL DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DEL VALLE DE SANTA ROSA, A. C.” presentó al Licenciado Martínez López, todos prorrumpieron con un nutrido aplauso y gritos de “viva” “hurra” “yuju” y el clásico “u-u-u-u-u-u”
El Licenciado Martínez López se puso de pie, abrió los brazos como si fuera a ser el candidato para la Presidencia de la República, y sacando una carpeta de su portafolio, la abrió y sacando unos papeles previamente escritos comenzó su arenga: -Buenas tardes, compañeros, correligionarios, trabajadores del Dulce Regional, vengo en nombre de todos los Dulceros y Confiteros de nuestra amada República, para dar fe del nacimiento de su Sindicato, el cual los llevará por las grandes rutas del crecimiento, de la riqueza y prosperidad, producto del esfuerzo de ustedes los trabajadores, elaboradores de estos manjares. Ustedes serán la columna vertebral para que la macroeconomía de nuestro país crezca, para que México sea más próspero, de que comiencen a llegar esas monedas extranjeras que tanto necesita la Nación, los Dólares y los Euros, porque yo me encargaré de que toda su producción sea exportada al extranjero, ya que la humanidad entera necesita conocer de nuestra gastronomía dulcera, y ustedes serán la punta de lanza para exportar tan ricos productos, de los cuales doy fe, puesto que acabo de probar algunos de sus ates, los que encuentro muy superiores a los de Morelia de donde yo provengo, a los camotes de Puebla, a los mazapanes de Veracruz, a los chongos de Zamora, a los nanches de Yucatán, a los limones rellenos de Toluca, que tanta fama internacional tienen. En este instante ya estoy pensando en solicitarle al Presidente de la República, que antes de que termine su mandato, nos ayude, construyendo un aeropuerto Internacional para que vengan los aviones cargueros de todo el mundo para llevarse toda su producción pues necesitamos que sus productos salgan lo más rápido posible, también vi al entrar a esta hermosa población unas bodegas grandes para productos agrícolas, en unos momentos más vamos a hacer una colecta entre ustedes para poderlas comprar y en dichos galerones se almacenen sus productos, estos quedaran frente a la pista donde aterrizarán los cargueros. También les vengo a ofrecer el mejor conservador para sus productos regionales, éste lo fabrico yo en Morelia, con este producto químico, sus dulces tomaran un mejor sabor y durarán en los almacenes hasta un año, aquí traigo un documento para que todos ustedes me lo firmen, con este documento yo doy fe del nacimiento de su Sindicato y con él me comprometo para que ustedes queden protegidos, por la Unión Nacional de dulceros y confiteros de la República Mexicana A. C., y así no vendrá ningún oportunista queriendo hacerse de su producción, esta será manejada por ustedes y por la Asociación que yo represento, comercializare sus productos en el extranjero y desde allá les estaré enviando los Dólares y Euros que ustedes necesitan-
En voz baja, el dompe le dijo al bitachi sin alas –Uttta, este Cuchibiriachi si que ingó, está peor que aquel Pico de oro que vino hace muchos años a Todos Santos y nos prometió el oro y el moro”-
El Licenciado Martínez López continuó diciendo: -Hermanos dulceros del Valle de Santa Rosa, la Patria está agradecida y reconoce su decisión de organizar este nuevo Sindicato, el cual acatará todos los artículos de la Ley que rige a nuestra Unión y por lo cual hago entrega a su Presidente de un tanto del mismo, como ustedes verán, todos los artículos de esta ley los protegerá como la Constitución Mexicana nos protege a todos los ciudadanos de nuestro amado País, todas las instituciones de nuestra Patria, están echando en este momento las campanas de la libertad al aire, porque ustedes decidieron unirse en un Sindicato formal, y para esto también traigo otro documento para que lo firmen todos, donde aceptan unirse a la Unión de Sindicatos de trabajadores Mexicanos, dependiente de la confederación de todos los que trabajamos muy dignamente por el País. Le veo tanto futuro al Sindicato, y a su lucha laboral que más temprano que tarde, su presidente estará sentado en una silla de curul en San Lázaro. Y antes de continuar con mi programa personal que me trajo a esta ciudad, permítanme un respiro, y dejen preguntarles: ¿Porqué ustedes no se llaman por su verdadero nombre, sino que usan apodos? No me gustaría que a mi me endilgaran un apodo, yo debo de ser siempre para ustedes el Licenciado Martínez López-
En eso el carretilla levantando su mano y su voluminoso estómago se puso de pie para decirle: -No se preocupe Licenciado, Usted siempre será nuestro asesor y a un asesor nunca le ponemos apodo, sería muy feo que lo llamáramos cuchibiriachi como hacemos con todos los que vienen de fuera de nuestro Estado, Usted siempre tendrá todo nuestro respeto-
Enseguida se puso de pie el guarapo y dirigiéndose hacia el Licenciado le empezó a decir: -Mire Licenciado así como los caricaturistas trazan con unas cuantas líneas la imagen humorística de la persona a la que le hacen la caricatura, aquí con solo ponerle un apodo a algún vecino, damos a entender el carácter, tendencias, aficiones, debilidades o destrezas que éste tiene en su vida y normalmente el dueño del apodo termina por aceptar pacíficamente su sobrenombre, ya buscara Él, algún apodo para alguien que se cruce en su camino. Normalmente esto lo hacemos para entretenernos. Por ejemplo a mí, me dicen el guarapo y eso es porque soy dueño del más grande cañaveral de la zona y con un molino que tengo me dedico a sacarle jugo a todas las cañas y se los vendo a mis compañeros para que ellos hagan sus dulces-
Y en eso lo interrumpió su esposa la cochi con tacones para decir: -Y además es el más guapo del pueblo-
Que le pregunten a la estufita que abuso de él cuando estuvo en el centro de salud, pensó el futa a quien le decían así por el bello aroma que se desprendía de su cuerpo, porque en su casa no tenía agua y se bañaba una vez a la semana en una poza que estaba en el manantial de la huerta del Rinconcito.
El guarapo siguió explicando los apodos de los asistentes a la reunión –A ella le dicen la panocha porque eso es a lo que se dedica en su casa, a fabricar panochas o sea piloncillo como le dicen ustedes allá en el interior del País. Y a su marido le decimos el ferry porque no sale de Pichilingue, casi siempre se la pasa por allá, pues dice que va a recibir camiones, y nosotros le pedimos que lleve nuestros dulces, para que sean vendidos en la tienda del muelle. Al garbanzo” le decimos así porque es, el que nos vende el café de grano para nuestras casas, y a veces trae café de Chiapas, y otras veces nos trae garbanzos de Guanajuato y a su esposa le decimos la talega porque así a de traer los calzones, negros como el calcetín, donde nos hace el café que nos sirve en su cafetería. el quelele que es aquel de allá siempre se la pasa quejando, siempre dice que todo le duele, unas veces la cabeza, otras la espalda, o las piernas, o el estómago, o los callos y a su esposa le decimos la mosca prieta por el color de su piel, y porque siempre se viste de blanco-
-Señor Licenciado- Dijo muy ceremonioso el cachora poniéndose de pie –A mí me dicen así, porque me la paso sentado en la puerta de mi casa tomando el sol, mientras mi hija la besucona hace ruidos con la boca mientras fabrica los ates de guayaba, de mango y de papaya. Pero antes de que “El guarapo” le siga diciendo los significados de nuestros apodos, déjeme decirle que si le va a dar una curul de diputado en la cámara, al que pretende la presidencia de este Sindicato, pues yo también la quiero, es decir también yo quiero ser el presidente y he estado platicando con mis mejores amigos: los cuachas a el bitachi sin alas a doña verijona y a sus hijas las chiripientas al guagoya y al güero prieto al dompe y hasta el leguleyo que es el Licenciado de esta población, que en este momento viene entrando al salón, al que le doy la mas cordial bienvenida. Pásele compadre a lo barrido, dígale Usted a su compañero de profesión, que la ley me ampara a mí para ser el presidente del SINDICATO DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DEL VALLE DE SANTA ROSA, A. C. que fue Usted el que me hizo el favor de redactar todos los documentos que dan fuerza y avalan a nuestra organización, y todos estamos de acuerdo en que sea yo el presidente, y nuestro amigo el guarapo no, súmense conmigo compañeros los que faltan para que sea yo los que los lleve al triunfo sindical-
En eso se levantó doña chuma y tomando unos tamales de guayaba y de mango se los aventó al cachora gritándole: -Siéntate cachora no seas traidor a nuestros acuerdos, no dividas al Sindicato, quedamos que nuestro presidente va a ser el guarapo y nadie más- y le dio con un tamalito de mango en la cara.
Al ver esto la besucona hija del cachora se levanto enojada y se dejó ir a la mesa y tomando una pieza de guayabate se lo dejo ir con fuerza a doña chuma se levantaron todos los asistentes a la toma de posesión del Sindicato y empezaron los gritos, y la lluvia de los dulces, volaban las arepas y las cocadas, los pambaches y las melcochas, iban y venía alfeñiques y coyotas, los jamoncillos y los chimangos no se quedaron quietos. el guarapo pedía calma a gritos, y el cachora gritaba –El presidente debo de ser yo- se volvió una batalla campal, todos contra todos, alguien tomo un vaso de café caliente y se lo aventó al Cuchibiriachi y le quemaron el brazo. Nadie supo quien tomó un frasco con unos limones en almíbar y le dieron con ella al guarapo y este se desmayó, la cochi con tacones gritaba –No sean así, ya le pegaron a mi viejo y esta desmayado-
El gato pochi y el leguleyo salieron corriendo del salón pues ellos no pertenecían al Sindicato.
FINAL FELIZ DE LA REUNIÓN SINDICAL
EL Cachora se agachó sobre el guarapo para reanimarlo, para que volviera en sí. Entonces todos se dejaron ir sobre el Licenciado Martínez López y lo comenzaron a agredir, sin golpearlo mucho, le destrozaron el saco y la camisa, lo sacaron de la casa a empujones y le comenzaron a gritar: Pico de oro, cuchibiriachi, boca de mero, viborón, chilango choyero, cara de sobaco de elefante, roñoso, abusador, mosca de serote y como veinte apodos más que ya no alcance a escuchar porque ya iban más allá de la salida de Todos Santos, empujándolo fuera de la ciudad.
Cuando todos los dulceros vieron que el mentado Licenciado agarró el camino para La Paz, y que se iba a pie, todo desgreñado, se regresaron contentos a su ciudad, y antes de entrar vieron un buen espacio para poner sus tiendas de venta de dulces, se pusieron de acuerdo para pedirle al Delegado que tramitara al ayuntamiento que los dejara instalarse ahí. Y desde entonces ahí encontramos a los dulceros de Todos Santos en santa armonía.
El guarapo sigue moliendo caña y entregándoles el jugo de caña a todos los dulceros. El cachora sigue sentado en la puerta de su casa tomando el sol, mientras La besucona no deja de hacer ruidos con la boca mientras fabrica sus ates de mango, de guayaba y de papaya y la estufita sigue alegrándoles el ojo a cada dulcero, cuando visitan el Centro de Salud.
Creo que es una mejor solución que el de crear el:
“SINDICATO NACIONAL DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DEL VALLE DE SANTA ROSA, A. C.”
“SINDICATO NACIONAL DE MELCOCHEROS Y PANOCHEROS DEL VALLE DE SANTA ROSA, A. C.”
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