miércoles, 19 de febrero de 2014

HAY QUE MIRAR AL CIELO



Una mujer Samaritana llegó  al pozo con su cántaro de agua, lo iba a llenar cuando se le acercó un judío a pedirle agua.

Estaba a punto de introducir su cántaro en el pozo, cuando se volteo hacia el desconocido y le dijo:

-¿Cómo Tú, un judío le pide agua a una samaritana como yo?-

Entonces el desconocido le dijo: -Mira el agua, y veras que en la superficie hay un fruto hermosísimo-

Lo que vio la samaritana fue el reflejo del cielo en el agua, lo quiso tocar pero en el instante que su mano tocó el agua, la imagen del cielo desapareció.

Entonces la mujer decepcionada, le dijo al judío: -Dime Señor, como le puedo hacer para alcanzar el cielo?-

El Judío le dijo: -Créeme, mujer. Llega la hora en que ustedes adorarán al Padre y gozarán del cielo. Ustedes los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que yo vengo a traerles el cielo, pues para eso me envió mi Padre, por eso, el Mesías soy Yo, el que habla contigo-

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