viernes, 31 de enero de 2014

EL DÍA QUE SE CASÓ EL DIABLO



Un día el diablo decidio casarse. Quería tener muchas hijas, yernos y nietos y así poder llenar el infierno.



Se casó pues con una mujer llamada INJUSTICIA, de la cual tuvo siete hijas...



A la primera la llamó SOBERBIA y se las dio como esposa a los gobernantes.



A la segunda la llamó CODICIA y se la ofreció como esposa a los más ricos.



A la tercera la llamó MENTIRA y se la dio como esposa a los pobres.



A la cuarta la llamó ENVIDIA y se la llevo a todos los artistas.



A la quinta la llamó HIPOCRESÍA y la casó con los religiosos, frailes y monjes.



A la sexta la llamó VANIDAD y se la entregó a las mujeres.



A la última la llamó LUJURIA y quiso que fuese soltera para dejarla a dispisición de todos.





Cada uno de ustedes vea con cual de las hijas del diablo está casado. De todos modos, no olvide que esta emparentado con todas las demás hijas del diablo.

miércoles, 29 de enero de 2014

EL BURRO Y EL CABALLO



Por una empinada vereda de la sierra de la Giganta en la Baja California Sur, un ranchero conducía a un caballo y a un burro.

El burro caminaba sobrecargado; en cambio el caballo viajaba libre de toda carga, iba admirando el paisaje sudcaliforniano. 

De vez en cuando el burro agobiado, le suplicaba: -Amigo caballo, dame una mano, ya no puedo más-

El caballo se mofaba: -Y a mí ¿Que me importa? nuestro dueño así lo quiere y así será-

El burro avanza cada vez más lentamente, hasta que se desploma y muere debido a la tremenda paliza que el dueño le propina.

Entonces el ranchero arrima al caballo y le pasa toda la carga. Incluso se le ocurre una buena idea.

-Este burro muerto de algo me ha de servir, la carne para machaca y la piel para unas polainas- y coloca en el lomo del caballo también al burro muerto. El viaje prosigue.

Entonces por el camino el caballo va pensando: "Si le hubiera dado la mano al burro, no tendría ahora que llevar tanto peso" 

martes, 28 de enero de 2014

HAY QUE ADORAR A DIOS CON AMOR



Desde el cielo, Dios se somó para ver cómo los hombres estaban honrándole sobre la tierra. Vio a un hindu sentado como si fuera una flor de loto en profunda meditación y ajeno a todos los problemas del mundo. Dios quedó complacido, pero de preguntó:

-¿Para que tanto olvido del mundo?-

*   *   *
Luego Dios vio a un sacerdote budista chino, el cual buscaba cómo conciliar el bien con el mal. Dios se alegró pero se dijo: 

-¿Para que tanto esfuerzo sin la ayuda del cielo?-

*   *   *
Luego Dios vio a un africano primitivo de rodillas delante de su ídolo. Dios se conmovió pero se dijo:

-¿Para que tanto miedo?-

*   *   *
Luego vio a un musulmán, Estaba arrodillado y descalzo sobre el tapete portátil. Teniendo su frente contra el suelo orando. Dios quedó emocionado, pero dijo:

-¿Para que tantos ritos y sujeción?-

*   *   *
Luego vio a un rabino judío, el cual rezaba y del brazo del rabino colgaban las tablillas de la ley. Aqulla oración le agrado a Dios pero se dijo:

-¿Para que tantas leyes?-

*   *   *
Entonces Dios Padre le pidió a su hijo: -Baja Tú a la tierra y lleva a los hombres el Espíritu Santo, que es Espíritu de amor. Ya no quiero recibir más sacrificios, porque soy Padre. Ya no quiero más muerte porque soy Padre. Ya no quiero más miedo, porque soy Padre. Ya no quiero más ley, porque soy Padre-

-LO QUE QUIERO ES QUE LOS HOMBRES ME AMEN, PORQUE TODOS ELLOS SON MIS HIJOS-

jueves, 23 de enero de 2014

EL PAYASO Y EL REY



Allá en la edad media los reyes mantenían en su corte a un payaso para que los divirtiera.

Un rey le dijo a su payaso: -Eres extraordinario, dices tonterías tan grandes que sin duda no hay en todo el mundo un payaso más estúpido que tú-

El payaso le contestó: -Y sin embargo majestad, yo conozco a un payaso más estupido que yo-

-¿De veras? tráelo para que yo lo conozca-

-Majestad, en cuanto sea posible, te lo daré a conocer-

*   *   *
Algunos años más tarde el rey cayó enfermo y el payaso fue a saludarlo.

El rey estaba muy triste, pues veía acercarse la muerte. 

El payaso le preguntó: -Majestad ¿Sabes que pronto debes de emprender un viaje muy largo?-
El rey le dijo: -No, no lo sé-

-¿No tienes hecho ningun preparativo?

El rey le dijo: -No, ningun preparativo- y el payaso concluyo:

-Majestad, hace algunos años te prometí darte a conocer a un payaso más estúpido que yo. Hoy te cumplo con aquella promesa: "El payaso más estúpido que yo, eres tú mismo-

El rey le dijo: -No te entiendo-

-Majestad, estás a punto de emprender el viaje más largo e importante de tu vida, y tú ni lo sabes, no sabes a dónde irás, ni menos tienes hecho ningún preparativo-

domingo, 19 de enero de 2014

EL TIEMPO Y LA ETERNIDAD



En Alejandría el faraón egipcio habia levantado enormes pirámides, obeliscos y palacios de enormes piedras, los cuales desafiaban al cielo.

Un día llegó a la ciudad un anciano de cara dulce, canoso y le ordenó al faraón: -Deja todo esto y vete-

El faraón se rió de tal orden y le preguntó: -¿Quien te crees viejo que eres, para darme esa orden? ¿Eres acaso más poderoso que yo?

El anciano le contestó: -Sí, soy más poderoso que tú, porque yo soy el TIEMPO-

El faraón palideció y cayó muerto de su trono y su imperio estuvo a punto de desmoronarse.

La misma cosa hizo el TIEMPO en Babilonia entre las imponentes torres. En Nínive entre las grandiosa murallas. En Atenas entre los famosos templos. Donde el anciano se presentaba, allí los poderosos agachaban la cabeza, morían y sus imperios se demoronaban.

Pero en Roma, un personaje frágil e indefenso entronizado en el Vaticano, no acató las órdenes del TIEMPO y se rió de sus amenazas.

-Yo soy el TIEMPO- le contesto el anciano, destructor de los imperios.

El blanco personaje del Vaticano le contestó: -Tú eres el TIEMPO, es cierto, pero yo soy LA ETERNIDAD.


jueves, 16 de enero de 2014

DOLOR, MALDAD Y MUERTE



Mi amigo Roberto me invitó a dar una vuelta por su pueblo.

Me hizo admirar una plaza triangular que hay en su ciudad. En uno de sus ángulos hay una estatua de bronce, de José María Morelos y Pavón.

De cada lado del triángulo arranca un camino. Mi amigo ya es General retirado y me propuso:

-Tomemos este camino-

El camino subía una pequeña cuesta y estaba cubierto de grava y avanzamos entre los álamos. Recorrimos unos doscientos metros.

Allí el camino terminaba al pie de un edificio muy largo y de color claro. Yo le pregunte: -¿Que es este edificio?-

Roberto me contestó: -Es el hospital- entonces yo le dije: -Regresémonos, aquí solo hay dolor-

Llegamos de nuevo a la plaza triangular y tomamos el segundo camino. Subía más empinado que el primero, llegamos a una casona muy grande y con rejas negras. Yo le pregunté: -¿Y esto que es?-

Mi amigo me dijo: -Es la cárcel- entonces yo le pedí regresar, diciéndole: -Volvamos, porque aquí solo hay maldad-

Ya de nuevo en la plaza triangular decidimos tomar el tercer camino que también era de subida. Pronto llegamos a un zaguán que se encontraba en medio de dos muros muy altos, me asome y vi muchas lápidas con cruces y yo le dije: -Mi General, no quiero entrar, porque este es el panteón- y al llegar finalmente a la plaza triangular, mi comentario hacia Roberto fue:

-Amigo tu pueblo refleja lo que es la vida en el ser humano, si te fijas nosotros si nos descuidamos llegamos al  hospital para vencer al DOLOR o caemos en la carcel para estar dentro de la MALDAD y finalmente llegamos al panteón por causas de la MUERTE.




martes, 14 de enero de 2014

NÚNCA HAY QUE OLVIDAR COLGAR LA ESCALERILLA



Una vez, aquí en la bahía de La Paz, varios estudiantes alquilaron un yate para salir a navegar.

El día estaba esplendido, el sol calentaba la mañana, el mar parecía un espejo, solo soplaba una pequeña brisa. Entonces uno de los jóvenes grito: -Muchachos, al agua todos, vamos a nadar.

Todos aceptaron con entusiasmo, apagaron el motor del yate, y todos se lanzaron al agua.

Todos empezaron a nadar, pero nadie se acordó de colgar la escalerilla de cuerda.

En el mar nadan y nadan disfrutando de lo tibia que está el agua, todo es infinita libertad.

En eso uno de ellos quiere volver a bordo y se da cuenta que no puede. Todos se ríen de él. ¿Cómo trepar por el costado liso y curvo del yate?

Durante horas los jóvenes tratan en vano de subir al yate por todos los medios, hasta el agotamiento, hasta la desesperación. Luchan, lloran, agonizan contra la muerte. El sol se pone y cae la noche.

El yate fue encontrado dos días más tarde en medio de la bahía a la deriva. En sus lisos costados se notaban rasguños, huellas de dientes, trozos de piel, manchas de sangre. 

Todos los jóvenes habían perecido ahogados por NO COLGAR LA ESCALERILLA.

DÉJALO PASAR



San Pedro llama a un ángel y le dice:

Esta mañana tengo que ir a hacer un par de trámites a una nube, así que te dejo cuidando las puertas del Cielo. El ángel, aterrado, le dice que no tiene idea de a quién tiene que dejar pasar o no, pero San

Pedro lo tranquiliza:

Mira, por hoy vamos a simplificar. Aquí tienes una Biblia y un fajo de billetes de cien euros. 

Dale a elegir a los que lleguen: si cogen la Biblia los dejas pasar, y si cogen un billete los mandas al Infierno.

Aquí tienes mi número de móvil por si hay algún problema.

San Pedro se va, y pasa la mañana en sus cosas, hasta que suena el teléfono. Es el ángel:

Mire, San Pedro, hasta ahora todo iba bien, pero acaba de llegar un señor que cuando le di a elegir me dijo: "¿Puedo ver un poco?" Se puso a hojear la Biblia, y cada tanto decía: "¡Hum, qué interesante!", y cogía un billete de cien y marcaba la página; y así hasta quedarse con la 

Biblia y todos los billetes. ¿Qué tengo que hacer?

Déjalo pasar, hijo, que ese es del Opus Dei.

(este es un pequeño cuento muy sencillo que me mandó un compañero Piloto Aviador de la FAM, muchas gracias mi General)  

lunes, 13 de enero de 2014

UN SUEÑO RARO



Anoche tuve UN SUEÑO RARO. Soñe que fui al jardín Velasco y frente a la Catedral habían abierto una tienda nueva junto a la tienda de Curios Mary. A la entrada de la tienda había un rótulo que decía:

"REGALOS DE DIOS"

Entre, y en el mostrador había un ángel que atendía a los clientes. Yo, asombrado le pregunté: -¿Que es lo que vendes ángel?- y él me contestó: -Vendo cualquier don de Dios-

Yo le volví a preguntar: -¿Y son muy caros?- él me dijo: -No, los dones de Dios los damos gratis-

Miré los grandes estantes y estaban llenos de: Ánforas de amor, frascos de fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más.

Yo tenía una gran necesidad de todas aquellas cosas y le dije:

-Dame por favor, bastante amor a Dios, también dame algunos kilos de perdón de Dios, un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación.

Mucho me sorprendí cuando vi que el ángel, de todo lo que yo le había pedido, me hizo un pequeño bulto y me lo puso en el mostrador. El paquete era tan pequeño como lo es mi corazón. Entonces yo le dije:

-¿Será posible que todo eso que te pedí, me lo des en ese pequeño bulto?-

El ángel me dijo: -Es todo, el Señor nunca da frutos maduros. Él solo da pequeñas semillas que todos deben de cultivar-

EL DÍA QUE LOS SANTOS QUISIERON QUEMAR A JESÚS



Un día los santos del cielo, indignados de que los hombres en la tierra siguieran siendo ateos y viciosos, celebraron una reunión, para decidir de que manera deberían arreglegar este asunto.

Al cabo de fuertes discusiones acordaron que, como no había sido suficiente que el Hijo de Dios muriera en la cruz, ellos, los santos debería de lanzarse a la conquista de la humanidad para obligar a los hombres a convertirse.

El gran ejército de los santos bajó a la tierra y rápidamente la conquistaron.

Le encargaron al gobierno a los escasos justos que encontraron

Luego concentraron a los pecadores empedernidos en un gran valle y prepararon montones de leña para quemarlos; así lo pecadores, no seguirían contaminando más al mundo y deshonrando la tierra.



Todo estaba listo para ejecutar a los malvados, cuando ellos vieron que entre los pecadores iba un hombre que arrastraba una cruz y pedía que lo clavaran en la misma.



A los santos no les pareció correcto que un pecador cualquiera pretendiese morir como había muerto el Salvador.

Lo detuvieron, lo encadenaron y se lo llevaron a San Pedro.

Este se sorprendió al descubrir que aquel hombre era ni más ni menos que el propio Jesús.

¿Como era posible que Jesús se encontrara ahí, mezclado con los pecadores?

Jesús le dijo a Pedro: -Haz memoria Pedro, cuántas veces te dije que yo no busco a los santos ni a los sanitos, sino a los pecadores. Y ahora que decido otra vez morir por ellos, pues era la única forma de salvar a todos los pecadores de la muerte eterna, que ustedes los santos quieren darles.



Mortificados los santos dejaron de perseguir a los pecadores. Tomaron entre todos ellos a Jesús y lo llevaron nuevamente al cielo. Allí lo tienen atado y bien custodiado, no sea que se le ocurra volver a la tierra y morir otra vez por los pecadores.

domingo, 12 de enero de 2014

LA CRUZ DE PEDRO



San Pedro ya no aguantaba más. Su cruz era demasiado pesada.

Buscó a Jesús y le presentó su queja: -Maestro ¿No crees que me has dado una cruz demasiado grande? es cierto que te he negado, pero también es cierto que te quiero más que los otros apóstoles. ¿Porque pues les diste a los otros unas crucecitas tan pqueñas, y a mí me has dado esta cruz enorme?

Jesús le contestó: -Pedro, debo decirte dos cosas. Primero es que no soy Yo quien fabrica las cruces para los hombres. Y segundo es que tú, debes de ser más generoso. Si es cierto que me quieres más que los otros, no te quejes tanto-

Pedro seguí muy mortificado y trató de explicarle a Jesús: -Señor, quizás no me entendiste bien, yo no te estoy pidiendo que me quites la cruz, sino que por favor me des una cruz más liviana, una cruz que sea como la de los otros apóstoles-

Jesús se conmovió y le dijo a Pedro: -Me has convencido, acompañame para que escojas tú mismo la cruz que te guste-

Y lo llevó a una enorme bodega donde almacenaba todas las cruces de los hombres.

Pedro se quito de encima la gran cruz, la tiro en un rincón y empezó a buscar.

Se probó varias cruces, pero todas tenían algún inconveniente: Algunas eran demasiado pequeñas, otras demasiado grandes, otras demasiado delgadas, otras muy largas o muy cortas.

Pedro buscaba y buscaba por todos lados una cruz que fuera apta para sus hombros y no la encontraba. Entretanto Jesús sonreía.

Finalmente Pedro encontró una cruz tirada en un rincón cerca de la entrada. Se la colocó en los hombros y le dijo a Jesús: -Señor, ya no te rías tanto, ya ves que si encontre la cruz que me conviene, ésta es, aquí está-

Entonces Jesús se rió con más ganas y le dijo:

-Pedro has escogido de verdad la cruz que mejor te conviene y sin darte cuenta te has echado encima la misma cruz que tiraste al entrar- y Jesús concluyó: -Querido Pedro, no soy Yo quien fabrica las cruces par los hombres; pero no te imaginas con cuanto cuidado y amor trato de que cada cruz corresponda a los hombros, a las fuerzas y al corazón de cada hombre; es que yo sé por experiencia lo que es cargar con una cruz.

viernes, 10 de enero de 2014

COMO CURAR A UN ENFERMO EGOÍSTA



En la población de Todos Santos en Baja California Sur, vivió un hombre muy rico que se llamaba Torcuato, pero era muy enojón, neurasténico y EGOÍSTA.

Un día que iba caminando por la calle se encontró con una mujer muy conocida por toda la población, la apodaban LA CACHANA y le preguntó: -A ver CACHANA, todo mundo te conoce porque eres muy sabia, dime: ¿Como puedo curarme de mi EGOÍSMO?

La CACHANA lo llevó frente a un espejo y le preguntó: -Torcuato, dime ¿Que vea ahí?-

Él le dijo: -Me estoy viendo a mí mismo- entonces la mujer lo llevó frente a una ventana y le preguntó:

-A ver Torcuato, ¿Ahora que ves ahí?- 

Y Torcuato le contestó: -Veo la calle y a mucha gente feliz-

Entonces con una mirada brillante, la CACHANA le dijo: -De ahora en adelante ya no pierdas tu tiempo frente al espejo, pensando en tí mismo y en tu EGOÍSMO; mira por la ventana, fíjate en los demás y volveras a ser feliz.

martes, 7 de enero de 2014

UNAS ZORRAS SE FUERON DE TURISTAS



Una mañana, tres zorras que se encontraban en una jaula del zoológico de Chapultepec decidieron irse de turistas (ojalá que esto no lo lea CHITO TRILLO).

Viajaraon y viajaron dando vueltas. Cuando se detuvieron una de ellas preguntó: -¿Que es lo que ven aquí?- las otras dos le contestaron: -Vemos la jaula del león, la alberca de las focas y la casa de la jirafa- La zorra que les preguntó a las otras dos que era lo que veían dijo: -Que grande es el mundo y cuantas cosas hemos visto, podemos ver viajando.

Reanudaron su viaje y al mediodía se volvieron a detener. Ahora la segunda zorra preguntó; -Y ¿Ahora que es lo que vemos?- Las otras dos dijeron: -La casa de la jirafa, la alberca de las focas y la jaula del león- y la segunda zorra dijo: -Que extraordinario es el mundo, y ahora las vemos desde otro punto de vista, sigamos viajando-

Siguieron su viaje y al caer la tarde se detuvieron y la tercer zorra preguntó: -Y ¿Ahora que es lo que vemos?- las otras dos dijeron: -La jaula del león, la casa de la jirafa y la alberca de las focas-

Entonces las tres concluyeron: -Que aburrido es el mundo, siempre vemos las mismas cosas, viajar de turistas no sirve para nada-

Lo que pasó es que la zorras viajaban y viajaban dando vueltas dentro de su jaula, y cada vez que se detenían estaban tan mareadas que veían lo mismo pero de manera distinta.

lunes, 6 de enero de 2014

AH, QUE REYES MAGOS...



Érase una vez tres reyes magos que vinieron de oriente siguiendo una estrella. Los tres son viejecitos. El rey Melchor es alto, con una barba blanca y unos ojos azules. El rey Baltasar tiene la piel negra y brillante, es el menos viejecito de todos. El rey Gaspar tiene la barba y el pelo rojo; tiene el porte de un rey, claro, ¡es un rey !, su nariz cae como un gancho sobre la boca y en sus labios se dibuja una sonrisa misteriosa. Yo os digo, amigos míos, que no perdáis de vista a este viejecito…
Los tres reyes van caminando durante la noche por un camino largo; las estrellas brillan, serenas; abajo, en la tierra, tal vez a lo lejos, se ve el resplandor de una lucecita. Esta lucecita indica una ciudad. Los Magos van a recorrer sus calles, se detendrán ante las casas y dejarán en los balcones los regalos esperados. Ya lo habréis oído contar, estos reyes eran muy ricos y les ponían sus regalos a tooodos los niños de tooodas las casas, de tooodas las ciudades; pero ha pasado mucho tiempo y los tesoros de los magos ya no son tan abundantes. Así Melchor, Gaspar y Baltasar cada año sólo pueden dejar sus regalos a unos pocos niños.
Los Magos se han detenido a las puertas de la ciudad. Melchor, el de la barba blanca y los ojos azules, tiene una gran arca. Baltasar, que tienes los ojos color azabache, también, y en ella buscan algo para dejar en el balcón del niño elegido. Gaspar, amigos míos, no tiene arca, no tiene equipaje, ni caballo, ni asno en que llevar lo que ha de regalar a los niños, pero tiene una nariz un poco encorvada, unos ojos de mirada soñadora y una sonrisa misteriosa en sus labios.
Los tres Magos se disponen a entrar en la ciudad. Como van siendo ya pobres, no se paran en todos los balcones, sino que dejan sus regalos en unos y pasan de largo ante otros. Cada rey elige a un niño para dejarle su regalo. Y así de tanto en tanto, Melchor llega a una casa, abre su arcón y deja en la ventana su regalo. Lo que este rey de la barba blanca regala se llama “Inteligencia”. Al cabo de un largo rato, Baltasar se detiene ante otra casa, mete la mano en su tesoro y pone su obsequio en la ventana. Lo que este rey de ojos negros como una noche sin luna regala es la “Bondad”
Y sólo el rey Gaspar, el rey de nariz picuda y labios sonrientes, sólo este rey pasa, y pasa y pasa ante los balcones y sólo se detiene ante uno, o dos, o tres de cada ciudad. Y ¿qué es lo que hace entonces el Rey Gaspar? ¿Qué es lo que regala este rey?. Todo el tesoro de este rey está en una diminuta caja de plata que el lleva en uno de sus bolsillos. Cuando Gaspar se detiene ante un balcón, allá, muy de tarde en tarde, coje su pequeña caja, la abre con cuidado y pone su regalo en el balcón. No es nada lo que ha puesto; parece insignificante: es como humo que se disipa al menor viento; pero este niño favorecido con tal regalo gozará de él durante toda su vida y no se separarán de él ni la felicidad ni la alegría.
El rey Gaspar ha depositado ya su regalo. Sus ojos verdes, no os he dicho antes que eran verdes, brillan fosforescentes; su nariz parece que baja más sobre la boca, y en los labios se dibuja con más profundidad su sonrisa. Acercaos, niños; yo os quiero decir lo que el rey Gaspar lleva en su caja. Sobre la tapa, con letras diminutas, pone: “Ilusiones”.

domingo, 5 de enero de 2014

LAS ORACIONES DE MI ABUELA



Yo siempre ví a mi abuelita, sentada en la primera banca de la iglesia de Lerdo mi pueblo haciendo oraciones a Dios.

Ahí se pasaba horas enteras en profunda oración. Algunas veces leía en su libro de oraciones, ya muy viejo y desgastado, y al dejar de leer volteba a ver a Cristo.

Algunas veces yo la bromeaba diciéndole: -"Abuelita, Jesús ya se sabe tus oraciones de memoria"-

Ella solo me contestaba con una sonrisa.

Un día con cariño y respeto le pregunte: -"Abuelita, ¿De dónde scas todas esas cosas que le dices al Señor?-

Ella me miró con sus ojos llenos de ternura y me contestó: -"Yo no tengo nada que decirle a Dios; es Él quien siempre me dice un montón de cosas hermosisimas"-

Y siguió dialogando con Dios. 

jueves, 2 de enero de 2014

EL DESCUBRIMIENTO DE UNA CHINA



Una joven china llamada Ming fue a visitar al misionero católico y le dijo: -"Padre extranjero, háblame de tu Dios, tú me has dicho que tu Dios no desprecia a las mujeres como yo"-

La joven china no venía de buenas familias, recién nacida fue abandonada en la calle, una mujer avara la encontró y la crió para contar con una sirvienta sin sueldo, y con una mujer de la calle que ganara dinero con su cuerpo. Por lo que le dijo: -"Padre extranjero, esta es mi vida y ahora he venido a preguntarte: ¿Es cierto que tu Dios acepta a su servicio también a la sirvienta Ming?"-

El misionero le explicó que el Hijo de Dios se hizo hombre por todos los seres humanos, porque Él quiere a todo el mundo, hombres y mujeres por igual y sobre todo a la mujer pecadora, arrepentida.

Entonces la sirvienta Ming cayó de rodillas y puso su frente contra el piso y permaneció así bastante tiempo, repitiendo:

-"Oh Dios desconocido por tu sirvienta Ming, por primera vez esta sirvienta te agradece. Ahora Padre extranjero, concédele a tu servidora, la sirvienta Ming un descanso; porque si le dices más cosas tan hermosas como estas que me acabas de decir, tu servidora no las podrá soportar y tu servidora Ming moriría de felicidad, son cosas tan grandes para el corazón de una humilde sirvienta como yo.

Y vertía lágrimas de felicidad.