lunes, 18 de julio de 2016

EL PAPEL Y EL TRAPO



A un pobre Trapo que en el suelo estaba, el Papel desdeñaba, diciéndole: ¡Anda, sucio ! No te acerques, que yo estoy limpio, rozagante y terso, y no quiero por todo el Universo tu contacto sufrir, ni que me empuerques.

—Miren el necio —contestó el Guiñapo— y cuál mi acceso en evitar se empeña. Más ya que así me ultraja y me desdeña, dígame usted, sea Guapo: ¿Cómo tan pronto en su altivez olvida que fue un Harapo quien le dio la vida, y que antes que Papel ha sido Trapo?

Quien de la plebe descender entienda no la desdeñe, aunque sobre ella ascienda, no sea que por mucho que se eleve, pueda alguno decir: —¿Veis el desprecio con que nos mira el tal ? Pues ese necio, antes de ser lo que es, ha sido plebe.

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