domingo, 6 de julio de 2014

EL ARREPENTIMIENTO



Un tal Pascual mató a su padre.

Nadie supo quien fue el culpable de esta muerte.

Pero desde aquel día, el parricida no soportó el canto de las golondrinas.

En su imaginación las golondrinas le gritaban:

-Asesino, asesino-

Pascual destruyó todos los nidos de golondrinas que pudo.

Tampoco encontró la Paz.

Entonces se desahogó con un amigo:

-Estas malditas golondrinas me reprochan haberle dado muerte a mi padre-

La policía investigó y el delito fue descubierto.

*   *   *

Al inicio del siglo XX, en Torreón estalló un gran incendio.

Nadie sospecho que había sido una venganza.

Pero desde aquel día, uno de los vecinos ya no le hablaba a nadie.

Permanecía en su casa con la puerta atrancada.

Era el culpable de tan tremendo incendio.

Los espectros de las víctimas del incendio desfilaban ante sus ojos. Le decían:

-En ese árbol es donde debes de ahorcarte-

Pascual derribo el árbol, pero todo fue en vano.

Los vecinos lo veían muchas veces de rodillas y clamando al cielo.

Pascual no aguantó más, y se presentó ante las autoridades declarando su crimen.   

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