martes, 2 de junio de 2015

EL LOBO CREYÓ QUE LA LUNA ERA DE QUESO



Andaba el lobo muy hambriento y ya no sabía que hacer para coger algún animal para comérselo. Y por hay encuéntrese con la zorra y le dice:

-“Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer”-

Y la zorra le dijo:

-“Pero mire usted, que estoy muy flaca. No soy más que huesos y pellejos”-

-“No, que usted estaba muy gordita el pasado año”-

-“El año pasado si que estaba gordita, pero ahora tengo que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas hallo bastante para crear leche para ellos”-

-“¡Que no me importa!”- le dijo el lobo.

Iba a darle la primera mordida, cuando la zorra le dijo:

-“Deténgase usted, por dios, señor lobo. Mire que yo se donde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos”-

Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ande el pozo, y la Luna se reflejaba en el agua y parecía un queso. Y se asomó la zorra y volvió y le dijo al lobo:

-“¡Ay amigo lobo, que el queso es grandote! Mire asómese usted”-

Y se asomó el lobo y vio la Luna y creyó que era un queso grandote. Pero el lobo sospechó y le dijo a la zorra:

-“Pues bueno, amiga zorra, entre usted por el queso”- Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el queso. Y desde abajo le gritaba al lobo:

-“¡Ay, amigo lobo! ¡Que grandote está el queso! ¡No puedo con él! Venga usted a ayudarme a subirle”-

-“Pero no puedo yo entrar”- le decía el lobo. –“¿Cómo voy yo a entrar? Súbalo usted sola”-

Y la zorra le dijo:

-“Pero no sea usted torpe. Métase usted en el otro cubo y verá como así entra fácilmente”-

Y se metió la zorra entonces en el cubo donde había bajado. Y el lobo se metió en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para abajo y la zorra subió para arriba. Y hay se quedó el lobo buscando el queso, y la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos.

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