domingo, 31 de enero de 2016

EL SOBRIO Y EL TRAGÓN



Había en un lugar dos hombres de mucha edad, uno de gran sobriedad y el otro un gran tragón.

La mejor salud del mundo gozaba siempre el primero, estando de enero a enero
débil y enteco el segundo.

¿Por qué el tragón dijo un día, comiendo yo mucho más tú mucho más gordo estás? No lo comprendo, a fe mía.

Es le replicó el frugal y muy presente lo ten, porque yo digiero bien, porque tú digieres mal.

Haga de esto aplicación el pedante presumido si porque mucho ha leído cree tener instrucción, y siempre que a juzgar fuere la regla para sí tome:

No nutre lo que se come, sino lo que se digiere.

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