sábado, 7 de junio de 2008

LO QUE DIOS HA UNIDO...


En estos días en que la ciencia y la tecnología, la televisión y el internet han hecho que los niños sean más precoces, nos damos cuenta que cuando ellos ya tienen cinco años son capaces de chatear con sus amiguitos, entonces es muy difícil engañarlos, por eso escuche un diálogo entre un precoz y su abuelo.

El niño le preguntaba a su abuelo: -Tata, quiero saber si Diosito creó al hombre ya grande de tu edad, o lo creó de mi edad- A lo que el abuelo le dio la siguiente explicación...

“Nuestro sistema solar todavía era un abismo hediondo y movedizo en donde los planetas chocaban entre si como olas en la inmensidad del caos.

Entonces Dios ordenó que todos sus vasallos, ángeles y arcángeles, serafines y querubines se reunieran en los graderíos de la corte celestial para que presenciaran el acto más grande su poder... iba a crear al ser humano.

La tierra ya estaba preparada con flores, praderas, árboles con frutos, ríos, bosques, animales y mucho calor, el paraíso pues.

-¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza!- dijo el Señor y tomando un poco de barro formó un monito con cuerpo, cabeza, brazos y piernas, manos y pies y sopló sobre él.

-¡No es bueno que el hombre esté solo!- dijo el Señor y cuando el hombre se durmió, lo tomó, le quitó una costilla y de ella formo a la mujer, muy parecida al hombre, pero con unas pequeñas diferencias.

Del graderío de la corte celestial, los vasallos de Dios prorrumpieron en grandes aplausos. De inmediato comenzaron las apuestas acerca de lo primero que harían el hombre y la mujer al encontrarse. Muchos pensaron que se matarían. Otros que se arrancarían las orejas. Otros más que se agarrarían a palos. Y los menos, que se echarían a correr... Pero no, hombre y mujer se tomaron de las manos, se miraron a los ojos, se abrazaron y Dios callaba. Se besaron y Dios tosió. Los ángeles hicieron un gran ¡Oh..! Y las once mil vírgenes dieron un prolongado Ahhh y vieron que hombre y mujer se tumbaron sobre la hierba a la sombra de un gran árbol y hacer lo que Dios todavía no mandaba...

Hombre y mujer tardaron un rato en hacer lo que estaban haciendo y finalmente se quedaron dormidos uno en brazos de la otra. Al despertarse sintieron hambre y se levantaron y fueron a comer el fruto de un árbol que no era para ellos y que se encontraba en el centro del paraíso.

Dios se sintió defraudado por lo que acababan de hacer. Pero primero les dijo con una sonrisa en su cara: -Por haber hecho su primer acto de amor, les odeno que ya pueden crecer y multiplicarse-

Y luego con la cara sombría les dijo: -Por haber comido de ese fruto que no era para ustedes, tu Adán, ganarás el pan con el sudor de tu frente, y tu Eva parirás con dolor a tus hijos- Y los echó fuera del paraíso”

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